Francesc Boix, un fotógrafo en el infierno
El valor artístico y humanista del heroico e impagable trabajo que realizó la cámara de Robert Capa supone la lección más veraz sobre la Historia. También el del fotógrafo español Francisco Boix, cuyo aparente trabajo en el campo de concentración de Mauthausen era el de intérprete y fotógrafo del servicio de identificación y documentación de fotografías, un tipo que se jugó la vida ocultando y revelando negativos que serían definitivos sobre la autenticidad de lo monstruoso en las acusaciones que éste hizo como testigo en el juicio de Nuremberg, protagonista del admirable documental realizado por Llorenç Soler y espléndidamente narrado por José Sacristán (...) Francisco Boix, ese tipo con cara y sonrisa de niño, no disparó jamás un tiro para defender su causa, pero logró los efectos de una bomba atómica con lo que captó su rudimentaria, aunque demoledora, cámara Leica. Imágenes que hubieran conmovido a pintores del espanto como Goya, El Bosco, Edvard Munch y Francis Bacon. Boix muere a los 30 años en París, olvidado y solo.
(Carlos Boyero “El Mundo”)
Francesc Boix, un fotógrafo en el infierno, 2000, 56'
Documental para televisión
País: España
Dirección: Llorenç Soler
Guión: Llorenç Soler
Producción:
Música:
Productora:
Interpretación: Película documental
Sinopsis:
El documental narra la vida del fotógrafo Francisco Boix. Tras la Guerra Civil Española, el exilio le llevó al campo de concentración de Mauthausen. Allí fue destinado al laboratorio fotográfico, del que sustrajo clandestinamente más de 2000 fotografías en una operación de resistencia insólita en la historia de la represión nazi. Tras la liberación, Boix aportó algunas de estas fotos al Proceso de Nuremberg, como prueba acusatoria contra importantes miembros de la cúpula militar del Tercer Reich.